Independientemente de que esta perspectiva bien pudiera ser coherente con la perspectiva de Arte natural presentada, si nos enfocamos en la idea de una posible “belleza intrínseca” de ciertos objetos o paisajes de la naturaleza, existen varias críticas que debemos repasar.
Partiendo por el énfasis en la belleza, o la belleza como criterio fundamental para juzgar una obra de arte, puede limitar la apreciación de otras formas de arte que no buscan necesariamente ser bellas, como el arte conceptual o el performance (Dantoii). El énfasis en la autonomía del arte, vale decir que el arte debe ser autónomo y no estar subordinado a ningún propósito o fin externo, es también un aspecto de la propuesta kantiana que implica la exclusión de obras que sí tienen un propósito externo, como las que se crean para ser utilizadas en rituales o ceremonias (Rancièreiii). La exclusión del gusto personal es otro planteamiento referido a que el juicio de gusto debe ser universal, esto es, que todas las personas deberían juzgar una obra de arte de la misma manera, lo que tiende a ignorar la importancia del gusto personal y subjetivo en la apreciación del arte (Schopenhaueriv). Luego, la exclusión del contexto social es otro aspecto que se ha criticado en la perspectiva kantiana, ya que según Kant, el arte debe ser juzgado en función de sus cualidades intrínsecas, independientemente del contexto social en el que se produce o se consume, lo que tiende a menospreciar la importancia del contexto social en la producción y recepción del arte, así como las posibles implicaciones políticas y sociales de una obra de arte (Adornov). Por último, la exclusión del arte popular propuesta por Kant en relación a que según él el arte debe ser producido por expertos y dirigido a una élite educada, implica la exclusión de diversas formas de arte populares que no son creadas por expertos, como el arte callejero o el arte popular tradicional (Benjaminvi).
En definitiva, y en el entendido que son muchos los teóricos del arte y la filosofía – posteriores a Kant - que han criticado y cuestionado la idea de que el arte se puede reducir a una serie de categorías racionales y universales, como se infiere, se podrá apreciar que de todas formas sus planteamientos aún tienen vigencia en algunos ambientes de los circuitos tradicionales del arte.
En efecto, la valoración de la habilidad técnica y la originalidad en la creación de obras de arte; la idea de que el valor estético de una obra de arte radica en su capacidad de estimular la reflexión y la imaginación; la noción de que el arte es una forma de comunicación que transmite emociones y sentimientos, entre otros aspectos propuestos por Kant, siguen siendo un punto de partida para la interpretación y análisis de las obras de arte en diversos contextos.vii
Ahora bien, una crítica de fondo a Kant y su perspectiva, que podemos hacer desde el tiempo presente, es precisamente la concepción antropocéntrica que es inherente a su idea de arte, por cuanto cada uno de sus planteamientos está en directa relación con la idea de que el arte es una actividad humana. La teoría de Kant se enfoca en la experiencia del espectador humano y en la capacidad del arte para evocar sentimientos y emociones en él. Esto hace que el arte sea visto principalmente como una herramienta para la realización de una experiencia humana y como una forma de comunicación entre seres humanos, dejando fuera cualquier otra posibilidad de valoración del arte que no se centre en el ser humano. Además, esta perspectiva ignora la relación del ser humano con la naturaleza y con otras formas de vida, lo cual ha sido cuestionado por diversas corrientes del arte contemporáneo.
Entre los teóricos que han criticado la perspectiva antropocéntrica de Kant en su teoría estética y en otros aspectos de su filosofía, se encuentra el filósofo francés Jacques Derrida. En su obra "El animal que luego estoy si(gui)endo"viii, cuestiona la visión kantiana que establece una dicotomía entre el ser humano y los animales, y argumenta que esta dicotomía no es sostenible desde una perspectiva ética y política. Derrida sostiene que la filosofía occidental ha tendido a establecer una jerarquía ontológica que otorga al ser humano una posición privilegiada en relación con otras formas de vida, y que esta jerarquía ha sido utilizada para justificar la explotación y el maltrato de los animales y del medio ambiente. En su crítica a Kant y a otros filósofos antropocéntricos, Derrida defiende la necesidad de una ética más inclusiva y que tenga en cuenta la interdependencia de todas las formas de vida.
Otra de las críticas contundentes a la perspectiva antropocéntrica de Kant sobre el arte es la del filósofo alemán Martin Heidegger. En su ensayo "El origen de la obra de arte" (1935), argumenta que la filosofía occidental ha perdido el sentido de la verdadera naturaleza del arte al reducirlo a una forma de "representación" o "expresión" humanaix. Según Heidegger, el arte no es simplemente una manifestación de la subjetividad humana, sino que tiene una "presencia" propia y autónoma que trasciende a los seres humanos. Sostiene que el arte es una forma en que el mundo se manifiesta a sí mismo, y que los artistas actúan como "guardianes" del mundo al ayudarnos a verlo en su plenitud y complejidad. En contraste con la visión antropocéntrica de Kant, que ve el arte como una forma de comunicación entre los seres humanos, Heidegger sostiene que el arte tiene un valor intrínseco en sí mismo, y que la experiencia estética es una forma de entrar en contacto directo con el ser del mundo. En este sentido, el arte es una forma de conocimiento que nos permite ver y comprender el mundo de una manera más profunda y auténtica. Citemos:
"El arte no es, pues, un producto de la actividad humana, que surge a partir de la disposición interior del artista, sino que es la manifestación de la verdad del ser, que surge desde el ser mismo. En lugar de ser una mera producción humana, el arte es el acontecimiento del ser en el que el ser mismo se manifiesta. Por lo tanto, la obra de arte no es simplemente una expresión subjetiva del artista o una forma de comunicación entre el artista y el público. Es, más bien, una cosa en sí misma, con su propia presencia y su propio poder de revelación, que se manifiesta a través del trabajo del artista." (Heidegger, Martin. "El origen de la obra de arte." 1935)
Como señalamos, existen muchos teóricos del arte que han hecho aportes significativos después de Kant. Uno de los más destacados es Hegel, quien en su obra "Estética" publicada en 1820x, propone una visión del arte como un medio para la realización de la libertad humana y como una manifestación del espíritu absoluto en la historia. El historiador del arte francés André Malraux desarrolló en su obra "El Museo Imaginario" (1947)xi la idea de que las obras de arte tienen una capacidad de trascender su contexto histórico y cultural, y que se pueden reunir en una especie de "museo imaginario" para ser apreciadas por su valor estético y simbólico. El filósofo Arthur Danto propuso en su obra "Después del fin del arte" (1984)xii la idea de que el arte había llegado a un punto en el que ya no podía haber una progresión lineal y que se había vuelto cada vez más conceptual y autorreflexivo, lo que le llevó a postular la idea de que la interpretación y el contexto son esenciales para la comprensión y apreciación del arte contemporáneo.
En concreto, tanto estos aportes, como muchos otros realizados por autores como Nietzschexiii, Adornoxiv, Benjaminxv, Merleau-Pontyxvi, Deleuzexvii, Derridaxviii, Lyotardxix, Rancièrexx – críticos de Kant – no obstante que presentan perspectivas interesantes y muy atingentes a la evolución de la idea de arte, y cada uno de ellos aporta elementos a ser considerados en un concepto renovado del mismo, mantienen, con más o menos matices, la clave antropocéntrica en sus formulaciones, lo que en todo caso no deja de ser lógico por el tiempo histórico que les tocó vivir.
El problema de ello es cómo aplicamos algunos de esos conceptos, actualmente vigentes, al momento de considerar el arte natural, vale decir, aquel creado por entidades no humanas como los vegetales. En una revisión rápida podremos advertir que cualquiera de esos planteamiento no alcanzan a dar cuenta de manera coherente o comprensiva la perspectiva que estamos planteando, lo que implica la necesidad de redefinir el arte a partir de la reposición de perspectivas ampliamente aceptadas pero aplicadas a este nuevo enfoque.
Por ello, se hace necesario considerar planteamientos que pudieran ser afines a nuestra idea de arte natural. En este caso, consideraremos inicialmente algunos elementos de la propuesta heideggeriana.
Martin Heidegger, planteó una perspectiva sobre el arte que va más allá de la visión kantiana centrada en el juicio estético. Para Heidegger, el arte no es simplemente una forma de entretenimiento o de expresión personal, sino que tiene una dimensión ontológica y existencial.
Según Heideggerxxi, el arte es una forma de revelar la verdad del ser, es decir, de dar a conocer aquello que se oculta en el mundo y que sólo puede ser desvelado por medio de la obra de arte. El arte, por tanto, no es una mera representación de la realidad, sino que es la realidad misma que se muestra a través de la obra.
Para Heidegger, el arte es un modo de comprender la existencia humana y su relación con el mundo. La obra de arte es capaz de revelar la verdad del ser, de mostrar la realidad que se oculta tras la cotidianidad y las apariencias. De esta forma, el arte se convierte en un medio para acceder a una comprensión más profunda y auténtica de la existencia.
Heidegger también destaca la importancia de la técnica en el arte, entendiendo la técnica como un modo de revelar la verdad del ser. La técnica, para Heidegger, no es simplemente una herramienta o un medio para producir objetos, sino que es una forma de desvelar el mundo y su verdad ontológica.xxii
En este sentido, para Heidegger el arte es una forma de revelación de la verdad ontológica del ser y de la existencia humana en relación con el mundo. La obra de arte es capaz de mostrar lo que se oculta en el mundo y de permitir una comprensión más auténtica y profunda de la realidad.
Atendamos ahora el concepto de “Dasein”xxiii. Palabra alemana que significa "ser ahí" o "ser-en-el-mundo", para Heidegger no es simplemente un objeto o entidad, sino que es un ser que se comprende a sí mismo y comprende su mundo. Es el único ser que se preocupa por su propia existencia y se pregunta por su propósito y significado. El Dasein es un ser que está siempre en un estado de búsqueda y de apertura hacia el mundo. Un ser que tiene la capacidad de comprender el mundo y de crear su propio sentido y significado. Heidegger argumenta que el Dasein es un ser temporal, es decir, que siempre existe en un momento determinado y que su ser está condicionado por el tiempo y la finitud.
El concepto de Dasein es fundamental en la filosofía de Heidegger porque se refiere a la existencia humana en su totalidad y a la forma en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Heidegger cree que es a través del Dasein que podemos comprender el ser mismo y la naturaleza de la realidad. En este sentido, el concepto de Dasein es una respuesta a la tradición filosófica que ha reducido al ser humano a un objeto más en el mundo, a una mera cosa en el entramado de objetos que se nos presentan. Por ello, puede decirse que el concepto de Dasein rebasa la concepción antropocéntrica del ser humano, ya que propone una comprensión de este como un ser que existe en relación con el mundo, en una apertura hacia la totalidad del ente. El Dasein no es simplemente un objeto más en el mundo, sino que es el ser que tiene la capacidad de abrirse al mundo y de comprenderlo. Esta comprensión del ser humano como Dasein implica una superación de la visión antropocéntrica que ha dominado la filosofía occidental y una apertura hacia una comprensión más amplia del ser en su totalidad.xxiv
En este sentido, la idea del arte como desocultamientoxxv, propuesta por Heidegger, sugiere que la obra de arte tiene la capacidad de revelar algo que estaba oculto en el mundo. Para Heidegger, el artista es un "guardián del ser" que, a través de la obra de arte, puede ayudar a los espectadores a comprender el ser en sí mismo.
En relación con el concepto metafísico de humanidadxxvi, referido a la comprensión tradicional de la humanidad como un ser racional y autónomo, separado del mundo natural y que controla y explota la naturaleza para sus propios fines, para Heidegger es un error fundamental que ha llevado a la crisis ambiental y a la alienación humana. En su lugar, Heidegger propone una comprensión más ontológica y existencial de la humanidad como un ser-en-el-mundo que está siempre ya inmerso en la naturaleza y en la red de relaciones que la conforman. Esta comprensión implica una revalorización de la relación entre el ser humano y la naturaleza, y una reevaluación de nuestro lugar en el mundo.
No es posible exponer completamente estas ideas en un espacio acotado como este documento, pero al menos se esbozan algunos elementos que son pertinentes para el propósito en el que estamos. Sabemos que la perspectiva heideggeriana también acumula diversas críticas, pero en lo fundamental creemos que algo de lo expuesto permite aproximarse a la perspectiva del arte natural, en el contexto de la reflexión filosófica.
En el caso del arte natural creado por entidades no humanas, que también tienen la capacidad de desocultar algo en el mundo, en este caso en relación con la naturaleza, el medio ambiente o la conciencia ecológica, pueden ser vistas como manifestaciones de la propia naturaleza o de otros seres vivos que comparten nuestro planeta. En este sentido, las obras de arte natural no son solo objetos estéticos, sino también revelaciones de la naturaleza y del mundo en el que vivimos. Como tales, se deben considerar como una forma de arte que permite al espectador comprender mejor el mundo natural y desarrollar una mayor conciencia de su relación con él.
En una revisión rápida de otros artistas y teóricos del arte que han planteado argumentos para la ampliación del concepto tradicional del arte, en la perspectiva que hemos propuesto, podemos mencionar:
Gilles Deleuze, en su obra "Francis Bacon: lógica de la sensación" (1981) propone una visión del arte como un proceso de creación que no se limita a los seres humanos, sino que involucra a todo tipo de seres y objetos en el mundo. Deleuze afirma que el arte no es una imitación de la naturaleza, sino que es una forma de intensificar y explorar la vida en todas sus formas, incluyendo las formas no humanas.xxvii
Grant Kester, crítico de arte estadounidense, ha trabajado en torno al tema del arte y la ecología, proponiendo una práctica artística que se enfoque en la relación entre los seres humanos y su entorno natural. Kester defiende que el arte puede ser una herramienta para generar un cambio social y ecológico, y que para ello es necesario considerar a la naturaleza y a los seres no humanos como actores relevantes en la producción artística.xxviii
Eduardo Kac, artista brasileño que ha trabajado con la biotecnología y la vida artificial, ha propuesto una visión del arte que integra a los seres vivos y las tecnologías. Kac defiende que los seres vivos tienen valor intrínseco y deben ser respetados, y propone que el arte pueda ser un espacio para explorar y experimentar con la vida en todas sus formas.xxix
Donna Haraway, teórica del feminismo y la ciencia ha propuesto la idea del "comunismo simbiótico", que implica reconocer las relaciones de interdependencia y coevolución entre todos los seres vivos y la necesidad de trabajar juntos para construir un futuro sostenible. Haraway ha cuestionado la visión antropocéntrica del mundo y ha propuesto una perspectiva que integra a los seres no humanos y reconoce su importancia.xxx
Bruno Latour, sociólogo francés, ha desarrollado una teoría de la "política de los seres vivos" que busca superar la separación entre la naturaleza y la sociedad. Latour defiende que los seres vivos tienen agencia y deben ser considerados como actores políticos relevantes, y propone que el arte pueda ser un espacio para explorar y experimentar con estas relaciones entre humanos y no humanos.xxxi
Ana Mendieta, artista cubana-americana trabajó con la naturaleza y los elementos, y exploró la relación entre el cuerpo y la tierra. Mendieta propuso una visión del arte como una forma de conexión y comunión con la naturaleza, y defendió la importancia de integrar a los seres no humanos en la producción artística.xxxii
Andy Goldsworthy, artista británico conocido por su trabajo en la naturaleza y su enfoque en la interacción del hombre con el medio ambiente. Ha hablado sobre la necesidad de ampliar el concepto del arte y de reconocer la capacidad creativa de la naturaleza. En particular, Goldsworthy cree que la naturaleza tiene una capacidad creativa propia y que los artistas pueden trabajar con ella para crear obras de arte únicas y efímeras. En lugar de ver la naturaleza como un objeto pasivo que se puede utilizar para fines artísticos, Goldsworthy considera la naturaleza como un colaborador activo en su trabajo.xxxiii
Emanuele Coccia, es un filósofo y teórico italiano, que ha hablado sobre la relación entre el arte y la naturaleza. En su libro "La vida de las plantas: Una metafísica de la mixtura", Coccia argumenta que las plantas tienen una vida propia y una relación simbiótica con el mundo natural, y que el arte puede ser un medio para explorar y expresar estas relaciones. También ha hablado sobre la relación entre el arte y la ecología, argumentando que el arte puede ser un medio para reflexionar sobre la forma en que los seres humanos interactúan con la naturaleza y el medio ambiente.xxxiv
Enrique Dussel, filósofo argentino-mexicano, ha realizado importantes contribuciones en diversos campos, como el de la estética, temática que podríamos haber incluido en este escrito como un capitulo completo pero por razones de extensión lo hemos postergado para otra publicación.
El aporte de Dussel es que ha cuestionando la tradicional asociación de la estética con las ideas de poiesis y técnica (techne), y ha propuesto una perspectiva alternativa que se basa en la revaloración de la idea de aithesis. Según Dussel, la tradicional asociación de la estética con la técnica ha llevado a una reducción de la estética a un mero conjunto de técnicas para producir obras de arte, lo que llevó a una comprensión superficial de la estética, que ha ignorado su dimensión más profunda y significativa. Dussel propone en su lugar, asociar la estética con la idea de aithesis, que se refiere a la experiencia de lo sensible y lo perceptible, y que implica una conexión más profunda entre la obra de arte y el espectador. Para él, la aithesis se relaciona con la experiencia estética en dos niveles. En primer lugar, la aithesis es la experiencia sensorial directa que tenemos ante una obra de arte, que nos permite experimentar la belleza y la emoción que se transmite a través de la obra. En segundo lugar, la aithesis implica una comprensión más profunda de la obra de arte, que va más allá de la experiencia sensorial y nos permite apreciar su significado y su valor. De esta manera, Dussel sostiene que la estética no se limita a un conjunto de técnicas para producir obras de arte, sino que tiene una dimensión más profunda que implica la experiencia de lo sensible y lo perceptible. La estética, por lo tanto, se convierte en una forma de conocimiento que nos permite comprender el mundo y a nosotros mismos de una manera más profunda y significativa.xxxv
La referencia de Dussel al Canario da Matta, un ave de Brasil que hace reverencias al sol en los ocasos, en señal de humildad y agradecimiento, es un ejemplo de Dussel para dar cuenta de una idea estética que traspasa la condición puramente humana, para ser extensiva a todos los seres vivos que se encuentran con “lo real”.xxxvi
Esta lista de artistas y teóricos del arte y la filosofía podría ser muy extensa, pero por ahora dejaremos hasta aquí esta revisión somera. Creemos que en la actualidad hay suficientes argumentos e ideas para avanzar hacia la ampliación del concepto histórico del arte, en la dirección que hemos propuesto.
Concluyendo, el arte puede ser definido como una actividad creativa que busca expresar una experiencia estética y comunicarla a través de formas sensibles. Desde la perspectiva de la filosofía de Heidegger, el arte no es simplemente una actividad humana, sino que es parte de la naturaleza misma y refleja la forma en que los seres humanos interactúan con ella. Como argumentamos, para Heidegger, el arte no es una representación o imitación de la realidad, sino que es un modo de revelar la verdad de las cosas. En este sentido, el arte natural es aquel que a través de su propia materialidad y procesos naturales, muestra la realidad y la verdad de seres vivos no humanos, que develan la esencia de la naturaleza y sus características.
En este contexto, podríamos asumir una idea de arte como: cualquier manifestación estética que produce una experiencia emocional, cognitiva o sensorial en un espectador, y que puede surgir tanto de la creación intencional de un ser humano como de procesos naturales que generan formas y patrones estéticos
Así, una redefinición del arte que considere la perspectiva de lo natural podría plantearse en los términos de que el arte es una actividad creativa que busca revelar la verdad y la belleza de la naturaleza a través de formas sensibles, utilizando los materiales y procesos de la propia naturaleza para expresar una experiencia estética que comunica una comprensión más profunda del mundo.
Sabemos que este tema no se resuelve ipso facto, pero suponemos que nuestra reflexión puede ser un aporte al necesario diálogo que se debe sostener en el tiempo presente y en el futuro.
Escrito por Hugo Baronti, en febrero de 2023, como parte del documento: Baronti, Hugo (2023). "Vegetales como artistas naturales: hacia el reconocimiento de la autoría y la conservación del medio ambiente a través del arte".
NOTAS Y REFERENCIAS
i Esta definición se encuentra en la sección "Análisis de los conceptos que se encuentran en la base de la facultad de juzgar en general" de la "Crítica del Juicio", en la que Kant discute los conceptos fundamentales que subyacen a la experiencia estética y al juicio del gusto.
ii La crítica de Danto a Kant se encuentra en su libro "Después del fin del arte: el arte contemporáneo y el linde de la historia" (1984), donde argumenta que la belleza no es el único criterio para juzgar una obra de arte y que el arte contemporáneo va más allá de la mera estética. Danto sostiene que la identidad del arte no está determinada por su belleza, sino por su significado y contexto cultural. Además, señala que el arte contemporáneo se ha vuelto cada vez más conceptual y que los artistas ya no están interesados en producir objetos estéticamente agradables, sino en explorar ideas y conceptos.
iii La crítica de Rancière a Kant sobre la autonomía del arte se encuentra en su libro "El reparto de lo sensible" (2000), donde argumenta que la noción kantiana de autonomía del arte es demasiado restrictiva y excluye muchas formas de arte que están intrínsecamente vinculadas a un propósito externo, como el arte religioso, ceremonial o político. Rancière sostiene que la autonomía del arte es un mito y que el arte siempre ha estado involucrado en la política y la sociedad.
iv La crítica de Schopenhauer a Kant sobre el juicio de gusto universal se encuentra en su obra "El mundo como voluntad y representación" (1818), donde argumenta que la idea de un juicio de gusto universal es irrealista y limita la apreciación del arte a un conjunto estrecho de normas y convenciones. Schopenhauer sostiene que el gusto personal y subjetivo es fundamental en la apreciación del arte, y que la verdadera calidad de una obra de arte se debe juzgar por su capacidad para provocar una respuesta emocional en el espectador.
v La crítica de Adorno a Kant sobre la exclusión del contexto social se encuentra en su obra "Teoría Estética" (1970), donde argumenta que la noción kantiana de juicio estético independiente del contexto social es una ilusión y que, en realidad, el contexto social influye de manera significativa en la producción y recepción del arte. Adorno sostiene que el arte debe ser visto como una forma de expresión social y que las obras de arte tienen implicaciones políticas y sociales que deben ser analizadas y comprendidas.
vi La crítica de Benjamin a Kant sobre la exclusión del arte popular se encuentra en su ensayo "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" (1936), donde argumenta que la noción kantiana de arte como una producción dirigida a una élite educada excluye muchas formas de arte popular que no son creadas por expertos, pero que tienen una gran importancia cultural. Benjamin sostiene que el arte popular y la cultura de masas tienen un valor propio y que deben ser considerados como formas legítimas de producción cultural, en lugar de ser subestimados por ser considerados "inferiores" por los expertos.
vii La perspectiva de Kant sobre el arte y la estética sigue siendo relevante en la actualidad y ha influido en muchos teóricos y críticos de arte contemporáneos. Entre ellos: Arthur Danto ha destacado la influencia de Kant en su pensamiento sobre el arte. En su libro "Después del fin del arte", Danto defiende que la obra de arte contemporánea ya no puede ser juzgada por criterios estéticos tradicionales, pero reconoce que la noción de "juicio estético" de Kant sigue siendo relevante en la valoración de obras de arte de otros períodos; Jacques Rancière ha trabajado en el campo de la estética política y ha defendido que la perspectiva de Kant sigue siendo relevante en la teoría y la práctica artística contemporánea. En su libro "El reparto de lo sensible", Rancière plantea que la obra de arte es un objeto que produce una experiencia estética que se basa en la emancipación de la percepción, tal y como lo plantea Kant en su teoría; Susan Sontag, ensayista estadounidense, ha abordado la influencia de Kant en su pensamiento sobre la fotografía y la experiencia estética contemporánea. En su ensayo "Sobre la fotografía", Sontag destaca que la fotografía ha transformado la forma en que percibimos y entendemos el mundo, pero que la noción kantiana de "juicio estético" sigue siendo relevante para entender la relación entre la imagen y el espectador; Paul Crowther, filósofo británico, ha trabajado en el campo de la estética contemporánea y ha defendido que la perspectiva de Kant sigue siendo relevante para la teoría del arte actual. En su libro "La transformación de la experiencia estética", Crowther plantea que la teoría kantiana del juicio estético sigue siendo relevante para entender la naturaleza de la experiencia estética y la valoración de la obra de arte contemporánea.
viii Derrida, Jacques. El animal que luego estoy si(gui)endo. Editorial Trotta, S.A., 2008. https://www.google.cl/books/edition/El_animal_que_luego_estoy_si_gui_endo/6zaQPgAACAAJ?hl=es
ix La crítica de Heidegger a Kant por su antropocentrismo se encuentra además, en su obra "La pregunta por la técnica" (1953), donde argumenta que la filosofía kantiana se enfoca en el ser humano como el centro de toda la realidad, y que esto lleva a una comprensión limitada y superficial de la naturaleza y del mundo en general. Heidegger sostiene que la tecnología moderna es una manifestación del antropocentrismo kantiano y que es necesario superar esta visión para poder tener una comprensión más profunda y auténtica del mundo.
x Hegel, G.W.F. Estética. Traducción de Agustín García Calvo. Madrid: Taurus, 1984.
xi Malraux, André. El Museo Imaginario. Fondo de Cultura Económica, 1997.
xii Danto, Arthur C. Después del fin del arte. Paidós Ibérica, 2008.
xiii Friedrich Nietzsche, en su obra "Así habló Zaratustra", aborda el tema de la naturaleza y su relación con la creación artística. En este sentido, Nietzsche defiende una visión no antropocéntrica del arte y de la naturaleza, en la que el ser humano no es el centro y no tiene un papel preponderante en la creación artística. Para Nietzsche, el arte es una expresión de la voluntad de poder, que se manifiesta tanto en la naturaleza como en el ser humano. La naturaleza es vista como una fuente de inspiración y de creatividad, y el artista es visto como un canal a través del cual la voluntad de poder se expresa en el mundo. En este sentido, la creación artística no es vista como una actividad exclusiva del ser humano, sino como una manifestación de la vida en general. En relación con el arte natural, Nietzsche sostiene que la naturaleza es la fuente última de toda creación artística, ya que es en la naturaleza donde se encuentra la inspiración y la materia prima para la creación. De esta manera, el arte natural no es algo separado del resto de la creación artística, sino una parte integrante de ella. Desde esta perspectiva, Nietzsche contribuye a una visión más amplia y menos antropocéntrica del arte y de la naturaleza, en la que el ser humano no es el centro y en la que la creación artística no se limita a las obras producidas por los seres humanos.
xiv Theodor Adorno, filósofo y sociólogo alemán, es conocido por su crítica a la cultura de masas y su defensa de la autonomía del arte. Desde esta perspectiva, Adorno argumenta que el arte debe ser visto como una forma de resistencia frente a la homogeneización y la estandarización que caracterizan a la sociedad industrial. En relación con el arte natural y la posibilidad de que los vegetales puedan crear arte, se puede desprender que podría haber visto esta idea como una forma de resistencia frente a la cultura de masas y a la homogeneización de la creación artística. En su obra "Estética", Adorno defiende la idea de que el arte debe ser autónomo y no estar subordinado a fines externos, como la utilidad o el entretenimiento. En este sentido, Adorno podría haber considerado que el arte natural, creado por los propios procesos de la naturaleza, es una forma de arte autónoma que no está subordinada a fines externos y que se produce de manera espontánea y libre.
xv En su obra "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica", Benjamin defiende la idea de que la obra de arte está vinculada a un contexto social, político y tecnológico, y que su valor no se encuentra en su carácter único y original, sino en su capacidad para reflejar y transformar el mundo en el que se produce. Desde esta perspectiva, Benjamin podría haber considerado que el arte natural, creado por los procesos de la naturaleza, es una forma de arte que refleja y transforma el mundo natural, y que se encuentra íntimamente ligado a su contexto. Además, podría haber argumentado que la creación artística no es una actividad exclusiva de los seres humanos, sino que puede darse de forma espontánea en la naturaleza.
xvi En su obra "El ojo y el espíritu", Merleau-Ponty defiende la idea de que la percepción no es un proceso meramente cognitivo, sino que involucra al cuerpo y a la experiencia sensorial en su totalidad. Desde esta perspectiva, podría haber argumentado que la percepción del arte natural, creado por procesos naturales como los de los vegetales, es una forma de percibir la naturaleza en su totalidad, involucrando tanto al cuerpo como al sistema sensorial. Además, en su obra "La fenomenología de la percepción", Merleau-Ponty defiende la idea de que el cuerpo está involucrado en la percepción del mundo de una manera activa, y que nuestra experiencia del mundo se construye a través de la relación entre el cuerpo y el entorno. Desde esta perspectiva, podría haber argumentado que la creación artística natural, como la que podría ser creada por los vegetales, es una manifestación de la relación entre el cuerpo de los vegetales y el entorno natural en el que se encuentran.
xvii Gilles Deleuze, filósofo francés, se interesó por la relación entre el arte y la naturaleza, y desarrolló una perspectiva que valoraba la creatividad y la diversidad en el mundo natural y en la creación artística. Desde su perspectiva, la naturaleza es un proceso creativo y generativo que no se limita a la reproducción de formas preexistentes, sino que es capaz de producir formas nuevas y diversas. En este sentido, podría haber considerado la posibilidad de que los vegetales, como seres vivos dotados de una capacidad creativa y generativa propia, puedan crear formas artísticas. Además, Deleuze defendió la idea de que la creación artística no es una mera representación de la realidad, sino que es un proceso de creación y experimentación que tiene un valor en sí mismo. Desde esta perspectiva, podría haber valorado la creación artística natural, como la que podría ser creada por los vegetales, no como una mera imitación de la realidad, sino como una manifestación de la creatividad y la diversidad del mundo natural. En su obra "El Pliegue: Leibniz y el Barroco", Deleuze también desarrolla la idea del pliegue como una metáfora para la relación entre la forma y la materia en el arte y en la naturaleza. El pliegue representa una forma de creación que implica una continua transformación y metamorfosis de la materia, y que puede estar presente tanto en la naturaleza como en la creación artística.
xviii Jacques Derrida, se interesó por la relación entre el lenguaje y la naturaleza, y en su obra exploró la idea de que los seres vivos, incluyendo los vegetales, son capaces de comunicarse y crear significados a través de procesos que van más allá del lenguaje humano. Desde esta perspectiva, Derrida podría haber considerado la posibilidad de que los vegetales puedan crear formas artísticas y expresarse a través de ellas, aunque no utilicen el lenguaje humano. En su obra "La voz y el fenómeno", Derrida desarrolla la idea de que la voz no se limita al lenguaje humano, sino que puede estar presente en todo tipo de manifestaciones sonoras, incluyendo las producidas por los seres vivos. Además, Derrida valoraba la diversidad y la multiplicidad en la naturaleza, y cuestionaba la idea de que el ser humano es el único creador de cultura y de significado. Desde esta perspectiva, la creación artística natural, como la que podría ser creada por los vegetales, podría ser vista como una manifestación de la diversidad y la creatividad del mundo natural, y como una forma de desafiar la idea de que el ser humano es el único agente creativo en el mundo. En su obra "La escritura y la diferencia", Derrida también desarrolla la idea de que el significado no está determinado por la intención del autor o del creador, sino que surge en la relación entre el texto o la obra y el lector o espectador. Desde esta perspectiva, podría haber argumentado que el significado de una obra de arte creada por los vegetales no está determinado por la intención de los vegetales, sino que surge en la relación entre la obra y el observador humano.
xix Jean-Francois Lyotard no abordó directamente la cuestión del arte natural o el arte creado por no humanos. Sin embargo, su filosofía del posmodernismo y su crítica a las grandes narrativas pueden ser útiles para pensar en cómo se puede ampliar la noción de arte más allá de la perspectiva antropocéntrica tradicional. Lyotard sostenía que la idea de que existe un solo gran relato (por ejemplo, el progreso lineal de la historia o la verdad objetiva) es problemática y limitante, ya que ignora la diversidad de experiencias y perspectivas humanas y no humanas. En lugar de eso, él abogaba por la multiplicidad y la heterogeneidad de relatos, lo que significa que el arte natural creado por no humanos podría ser considerado como una forma de arte legítima dentro de una narrativa más amplia. Además, Lyotard enfatizaba la importancia de las pequeñas historias y las micro-narrativas que son subestimadas o ignoradas por los grandes relatos. En este sentido, el arte natural creado por los vegetales podría ser visto como una forma de micro-narrativa, que nos permite ver y valorar la vida y la estética desde una perspectiva diferente y más amplia.
xx Jacques Rancière en su libro "El reparto de lo sensible" aborda la cuestión del arte y la política, y cómo estos dos campos están entrelazados. En este sentido, Rancière plantea que el arte no es solo una cuestión de representación, sino que es una forma de producir nuevas formas de conocimiento y sensibilidad, y de reorganizar la manera en que se percibe el mundo. Desde esta perspectiva, el arte natural creado por los vegetales podría ser considerado como una forma de "política estética", en el sentido de que desafía y subvierte la noción antropocéntrica del arte y de la estética en general. En lugar de ser visto como meros objetos de contemplación humana, los vegetales pueden ser considerados como creadores y participantes activos en la producción de formas estéticas. Además, Rancière sostiene que la política no es solo un asunto de participación ciudadana o de toma de decisiones, sino que es una cuestión de cómo se distribuyen y se organizan las formas de conocimiento y sensibilidad en una sociedad. En este sentido, el arte natural creado por los vegetales podría ser visto como una forma de resistencia a la distribución desigual de los recursos y la atención en la sociedad, y como una forma de cuestionar la jerarquía establecida entre los seres humanos y los demás seres vivos.
xxi La idea del arte de Heidegger se puede encontrar en su obra "El origen de la obra de arte" (Der Ursprung des Kunstwerkes), publicada originalmente en 1950. En esta obra, Heidegger examina la naturaleza del arte y cómo éste se relaciona con la esencia de la existencia humana.
xxii Una de las obras de Martin Heidegger donde aborda esta idea es "La pregunta por la técnica" (Die Frage nach der Technik), publicada por primera vez en 1953. Heidegger, Martin. La pregunta por la técnica y otros escritos. Traducido por Helena Cortés y Arturo Leyte. Madrid: Alianza Editorial, 2002.
xxiii La idea del Dasein en la filosofía de Heidegger se encuentra principalmente en su obra "Ser y Tiempo" (Sein und Zeit), publicada originalmente en 1927. En esta obra, Heidegger explora la naturaleza de la existencia humana y su relación con el tiempo, el lenguaje y la comprensión del ser.
xxiv La relación entre la idea del Dasein y el arte en la filosofía de Heidegger se puede encontrar en su ensayo "La pregunta por la técnica" (Die Frage nach der Technik), publicado en 1954. En este ensayo, Heidegger examina cómo la técnica moderna ha transformado nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos como seres humanos, y cómo el arte puede ayudarnos a recuperar una comprensión más auténtica de la existencia.
xxv La idea del arte como desocultamiento en la filosofía de Heidegger se encuentra principalmente en su ensayo "El origen de la obra de arte" (Der Ursprung des Kunstwerkes), publicado en 1950. En este ensayo, Heidegger explora cómo el arte puede revelar la verdad del ser al desocultar aspectos de la realidad que de otra manera permanecerían ocultos. Heidegger sostiene que el arte es un medio para permitir que las cosas revelen su ser y su significado más profundo.
xxvi Heidegger critica el concepto metafísico de humanidad en varias de sus obras, pero quizás su crítica más contundente se encuentra en su obra "Carta sobre el humanismo" (Brief über den Humanismus), publicada en 1947. En esta obra, Heidegger argumenta que el humanismo, tal como se ha entendido en la filosofía occidental desde la época de los griegos, ha llevado a una concepción distorsionada del ser humano como el centro del universo y la medida de todas las cosas. Heidegger sostiene que esta concepción es un resultado de la metafísica y que es necesario superarla para llegar a una comprensión más auténtica del ser humano y de su lugar en el mundo.
xxvii Deleuze, G. (1981). Francis Bacon: lógica de la sensación. Ediciones Cátedra. En esta obra, Deleuze desarrolla su visión del arte como un proceso de creación que no se limita a los seres humanos, sino que involucra a todo tipo de seres y objetos en el mundo. En particular, Deleuze defiende que el arte no es una imitación de la naturaleza, sino que es una forma de intensificar y explorar la vida en todas sus formas, incluyendo las formas no humanas.
xxviii Kester, G. (2013). The one and the many: contemporary collaborative art in a global context. Duke University Press. En esta obra, Kester plantea una visión del arte como una práctica colaborativa que involucra tanto a los seres humanos como a los seres no humanos y al entorno natural. Kester argumenta que el arte puede ser una herramienta para generar un cambio social y ecológico, y que para ello es necesario considerar a la naturaleza y a los seres no humanos como actores relevantes en la producción artística.
xxix Kac, Eduardo. "GFP Bunny." En The Eighth Day: The Transgenic Art of Eduardo Kac, editado por Sheilah Britton y Dan Collins, 114-119. Tempe, AZ: Institute for Studies in the Arts, Arizona State University, 2003. En "GFP Bunny", Kac creó un conejo transgénico que emite una proteína fluorescente verde y que se convirtió en una de las obras más polémicas e influyentes del bioarte. En el libro "The Eighth Day", Kac habla sobre su proceso creativo y su visión de la relación entre el arte y la biotecnología.
xxx Haraway, Donna. "The Biopolitics of Postmodern Bodies: Determinations of Self in Immune System Discourse." En Simians, Cyborgs, and Women: The Reinvention of Nature, 203-230. Nueva York: Routledge, 1991. En este ensayo, Haraway discute cómo la biotecnología y la ingeniería genética están transformando nuestra comprensión de la naturaleza, el cuerpo y la identidad, y cómo estas transformaciones están cambiando también la forma en que entendemos el arte y la cultura. Haraway propone una nueva forma de pensar sobre el arte que no se limite a los objetos estéticos tradicionales, sino que incluya también los procesos, los materiales y las prácticas que están involucrados en la producción de arte
xxxi Latour, Bruno. "Agency at the Time of the Anthropocene." En Critical Inquiry 41, no. 2 (invierno de 2015): 225-240. En este ensayo, Latour argumenta que la noción de agencia debe ampliarse para incluir a los seres vivos y a los objetos técnicos, y que estos actores deben ser considerados como políticos relevantes. En particular, sostiene que la emergencia del Antropoceno, como la época geológica en la que los seres humanos tienen un impacto significativo en la Tierra y en la vida de otros seres, requiere una nueva forma de pensar sobre la agencia y la política que tenga en cuenta la interdependencia de todos los seres vivos y los objetos técnicos en la red de la vida
xxxii Mendieta, Ana. "Unseen and Unheard: A Profile of Ana Mendieta." Por Olga M. Viso. En Sculpture 16, no. 1 (enero-febrero de 1997): 18-23. En esta entrevista con la curadora Olga Viso, Mendieta habla sobre su interés en la relación entre el cuerpo humano y la naturaleza en su obra. En particular, destaca cómo su trabajo con materiales naturales como la tierra y la vegetación refleja una conexión profunda con la tierra y la energía de la naturaleza. Mendieta también discute cómo su obra se relaciona con las tradiciones culturales de Cuba y cómo su perspectiva feminista influyó en su visión del arte y la naturaleza.
xxxiii "Land Art: A Cultural Ecology Handbook", publicado en 1995. En este libro, Goldsworthy discute su filosofía de trabajar con la naturaleza y presenta ejemplos de su obra en la naturaleza. También ha hablado sobre su perspectiva en entrevistas y documentales.
xxxiv Emanuele Coccia: "La vida de las plantas: Una metafísica de la mixtura", publicado por Anagrama en 2018. También se encuentra planteamientos en algunos de sus artículos, como "The Life of Plants and the Limits of Biology", publicado en la revista Angelaki en 2016, o "Art and Ecology: The Beauty of the Earth", publicado en la revista Critical Inquiry en 2014. Se recomien da esta entrevista: https://www.elmostrador.cl/cultura/2023/02/07/filosofo-de-la-naturaleza-emanuele-coccia-es-en-chile-y-en-america-del-sur-que-se-puede-elaborar-e-imaginar-un-futuro-distinto/
xxxv El planteamiento de Enrique Dussel sobre la estética lo hemos estudiado en el curso de la UNAM sobre estética, impartido en 2022, en donde Dussel cita su libro: Hacia una estética de la liberación, Obras selectas X 1a edición Buenos Aires, Editorial Docencia, 2013, obra declarada de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación – Argentina. Adicionalmente, se puede consultar su libro "Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión", publicado por Editorial Trotta en 1998, donde presenta su perspectiva sobre la estética, basada en la idea de aithesis y en la importancia de la experiencia sensorial y perceptual en la apreciación de las obras de arte. También se puede encontrar referencias a su planteamiento estético en "Hacia una filosofía política crítica" (Editorial Trotta, 2001) y "Filosofía de la liberación" (Siglo XXI Editores, 2007).