Bosque de Pinos en Resistencia
Coautoría (Arte Humano + Arte Natural)
- Autoría
- Troncos de pino radiata en interacción con el artista-curador
- Origen
- Galería de Arte Natural, Rari–Panimávida
- Dimensiones
- Instalación de sitio específico, escala ambiental
- Material
- Madera de pino radiata curvado, intervenida y pulida
- Colección
- Conjunto permanente · Bosque de Pinos en Resistencia
Instalación conformada por un conjunto de troncos de pino radiata curvos, dispuestos verticalmente en la ladera. Cada tronco exhibe torsiones y curvaturas únicas, como cuerpos en movimiento. La superficie ha sido pulida por el artista-curador, revelando la textura y los nudos de la madera. El conjunto se presenta como un bosque detenido, abierto al cielo y al tiempo, en diálogo con el paisaje circundante.
La obra se interpreta como un bosque escultórico, donde cada tronco encarna un gesto de resistencia. La curvatura de los pinos, producida por su “respeto” al árbol vecino durante el crecimiento, remite a un comportamiento vital no competitivo, un modo de coexistencia. La intervención humana es mínima: pulir y disponer, para que la potencia formal de cada tronco se exprese. La instalación transforma los desechos de la explotación forestal en una catedral de formas improbables, en un monumento a la singularidad.
El “Bosque de Pinos en Resistencia” problematiza la relación entre monocultivo industrial y formas singulares de vida. Los troncos curvos, desechados por la industria por su inutilidad logística, son resignificados aquí como sujetos estéticos. La obra denuncia la lógica extractiva y celebra la diferencia, el desvío, la anomalía fértil. Se trata de una instalación que subraya la potencia creadora de lo vivo cuando no se ajusta al molde de la producción.
- Autoría compartida: naturaleza que genera las curvas, humano que selecciona y dispone.
- Entropía fértil: lo inútil para la industria deviene en potencia estética.
- Resistencia ecosistémica: metáfora de la vida que se curva para persistir sin destruir al vecino.
- Memoria crítica: los troncos desechados se convierten en monumento contra la sobreexplotación.
- Instalación relacional: el conjunto no se contempla solo, sino en diálogo con el paisaje.
Esta instalación inaugura una estética de la resistencia: lo que la industria desprecia, el arte lo celebra. Los troncos doblados por respeto mutuo se erigen como metáfora de convivencia y rebeldía. El “Bosque de Pinos en Resistencia” devuelve dignidad a la anomalía, resignifica el descarte y transforma un residuo en obra monumental, cuestionando los modos extractivos y abriendo un espacio poético donde la vida se reconoce en sus formas más singulares y obstinadas.